22 nov 2011

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Yo corro como niña




Una anécdota que tengo muy presente de mi niñez, fue una vez en educación física, durante un partido de softball una compañera me dijo que no me quería en su equipo porque "corría como niña". A lo cual yo recuerdo como si hubiera sido ayer contestarle (ya saben con el 'tonito' de no seas tonta) y muy orgullosa contesté "pues soy niña"

Estoy plenamente convencida de que todos los seres humanos tenemos roles diferentes, algunos tienen que ver con el género, como la maternidad; muchos otros los asumimos dependiendo nuestra historia y el tiempo que nos toca vivir; de acuerdo a nuestra edad, gustos, religión, situación económica, etc...


El mensaje que quiero transmitir es, no importa qué elijas ser en la vida, siempre y cuando seas leal a ti mismo y no sea para demostrar terceros lo que vales, es una obligación  hacia uno mismo, ser lo que quieras ser.


Nunca quise ser mujer bombero, ni corredora de coches, ni astronauta... yo jugaba con muñecas, a las princesas y a la 'comidita', y no por eso valgo menos o tengo menos cerebro, o no merezco ser incluida en la escala de valores sociales feministas.


Mi madre siempre trabajó, ocupó importantes puestos, eso sí no sabia freír un huevo... estoy orgullosa de ella e incluso intenté ser como ella, la mejor en la universidad, en el trabajo... competitiva, escalando puestos, pero en el fondo yo no quería eso, lo hacia más por la presión social, y en mi caso familiar; y no por mi madre sino por los espectadores que asumieron yo sería igual a ella, una mujer "exitosa" socialmente hablando, añorando ser lo que mi voz interior decía.


De niña yo deseaba que mi mamá me hiciera de comer, o me horneara el pastel de cumpleaños, envidiaba a las compañeras que se iban a casa después de la escuela de la mano de su madre, mientras yo me iba en el transporte escolar.


Así decidí (con el apoyo de mi maravilloso esposo) dejar el glamour del mundo laboral para ser una ¿simple? ama de casa... este es el rol que decidí ejercer, mismo que tanta gente (sobre todo mujeres), lamentablemente han menos preciado y des valorizado.


Cuando trabajaba tenia un montón de gente haciendo cosas para mi, nana para cuidar a mis hijos, doméstica para cuidar mi casa, comida comprada para tener la cena cuando llegara, tintorería con entrega a domicilio... (como cuando era niña), muchas dirán, a pero que bien yo quiero eso... pero yo no lo quería, yo quería estar presente, sentía que mi vida la estaba entregando a terceros, odiaba a la nana, odiaba que alguien más cuidara mi casa, mientras yo estaba sola encerrada en una oficina de 8 a 10 horas perdiéndome de mis hijos, siendo esposa y madre de fin de semana (y eso si no había algún evento de la oficina o viaje de negocios que se cargara mi fin de semana), entregando mi dinero a terceros, porque al final realmente estaba trabajando para pagarle a mi séquito de ayudantes, sólo por "¿tener un valor social?"


Ahí pare y dije NO! y apliqué la frase quiero darle a mi familia lo que yo no tuve de niña... presencia!

La primera semana que estuve en casa sentí que había recuperado mi vida, con singular gusto fui a la compra, era un sueño escoger yo misma lo que le iba a servir a mi familia, acomodé la ropa y los platos donde yo quise, porque antes nunca encontraba nada en mi propia casa, mis hijos ya no se quedaron llorando al verme ir, algunos aplaudieron mi decisión y muchos la criticaron.



Siento que le he cumplido no solo con mi familia, también con mi niña interior que jugó con muñecas y cacharros de cocina sonando ser de grande una madre y esposa; mi sueño se cumplió!


Desde niña me encantaban las ilustraciones de las esposas de los años 50, y aunque sé que estas imágenes se usan como símbolo del yugo machista de la época y como ícono de denigración femenina, para mi eran la imagen de lo que quería ser -una mujer que es feliz atendiendo a la familia que decidió formar-


Y si hay quienes quieren ser exitosas profesionalmente, luchan y llegan a serlo, excelente por ellas, pero no creo justo desvalorizar a las que queremos ser ¿simples amas de casa?, como si no aportáramos nada productivo a la sociedad. Muchas somos emprendedoras, trabajamos desde casa y mucho.


Y mi madre... no para de decirme lo orgullosa y sorprendida que está de verme haciendo tantas cosas por y para mi familia.




Foto de portada pixabay/pezibear