Lúcete como anfitriona

Desde el momento que invitamos a las personas, recibirlas y atenderlas se convierte en una responsabilidad, porque a nadie nos gusta estar en lugares que nos resulten incómodos, por eso me di a la tarea de buscar los pasos a seguir para ser, si no la anfitriona perfecta, sí una anfitriona preparada:


Es conveniente tener parte de la comida preparada uno o dos días antes y no dejarlo todo para el último día. Decide el menú con antelación.

Cuando lleguen los invitados, la mesa debe estar preparada.

Una zona de la casa estará reservada para guardar los abrigos de los invitados.

La anfitriona debe estar mejor vestida que sus invitados. Y se encargará de recibirlos y presentarlos entre ellos así como vayan llegando.

La música suave, flores y velas ayudarán a crear un ambiente agradable y acogedor.

Lo ideal es colocar de izquierda a derecha frente a cada plato, una copa de agua, una de vino y una de champán.

Los cubiertos tienen que tener el mango hacia abajo. El cuchillo y la cuchara van a la derecha del plato y el tenedor a la izquierda. Los cubiertos más alejados del plato son los que primero se utilizan. Los de postre se colocarán entre el plato y las copas.

Si se trata de comida al mediodía pueden prepararse platos más fuertes. Para una cena es más conveniente servir un menú ligero.

Debe de haber refrescos y zumos, así como vino blanco (que se sirve frío), vino tinto (a temperatura ambiente) y licores.

No olvides añadir algún plato vegetariano, hay que tener en cuenta a todo el mundo.

A los amigos más intimos se les pueden asignar tareas, como sacar fotos, ayudar a recoger copas o platos, hablar con los solitarios, encargarse de la música...

Retira los objetos delicados o que se ensucien fácilmente. Podrías llevarte un disgusto.

Cuando se despidan los invitados, pídeles opinión, acepta sugerencias y agradéceles su presencia.



Fuente: http://mujerdeexito.blogspot.com/2008/07/la-anfitriona-perfecta.html
Foto de portada pixabay/vivienviv0