22 jun 2012

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¿Eres tu propio peor enemigo?

¿Eres tu propio peor enemigo?

¿Siempre estás tan ocupada con tu trabajo diario, con las tareas del hogar, con el último evento del comité de caridad o lo que sea que no puedes siquiera salir a tomar una taza de café? Sorpresa: Eres tu peor enemigo.

Estamos tan ocupadas escuchando a nuestro crítico interior y cuidando de los demás, que no nos damos el suficiente crédito ni nos tratamos con cariño. En vez de ello nos comportamos de maneras autodestructivas, que solo nos ponen de mal humor, nos estresan y nos llenan de resentimiento, a la vez que evitan que logremos el éxito y la felicidad.

“Vivimos en una cultura que busca los defectos en todo, en lugar de celebrar los logros”, dice M. Nora Klaver, coach ejecutiva de Chicago y autora de Mayday! Asking for Help in Times of Need. “Nuestra charla interior es negativa: 'Siempre tengo demasiado que hacer' y 'Nunca tengo tiempo para mí'”, nos dice. “Al hacer estos comentarios estamos creando esa realidad”.

Esta es la manera de acabar con estos comportamientos de peor enemigo y convertirte en tu mejor amiga.



Comportamiento de peor enemigo: Demasiado centrada en tu lista de lo que tienes que hacer.


Por qué lo haces: Te sientes exitosa cuando terminas todas esas pequeñas tareas tanto en el trabajo como en la casa, pero terminas como un hámster en una rueda: corriendo de un lugar al otro sin llegar a ninguna parte.



Sé tu mejor amiga: ¡Claro que tienes que cumplir con tu trabajo! Pero si te abrumas emocionalmente con los pequeños detalles de un trabajo, corres el riesgo de perder oportunidades o de demostrar tu liderazgo o tu red de trabajo más allá del cubículo al lado del tuyo. Y en casa, si te dedicas a supervisar las tareas de los niños y a las actividades de después de clases, perderás la oportunidad de establecer lazos de unión familiar y de crear recuerdos perdurables.

Así que da un paso atrás. Felicítate por todas las cosas que haces y luego concéntrate en la imagen general. Date tiempo en tu programa de trabajo para realizar tareas con un perfil más alto. En casa, crea un espacio de tiempo especial para tu familia, para hacer cosas divertidas juntos.

Comportamiento de peor enemigo: No delegas las tareas en casa.



Por qué lo haces: Estás convencida de que nadie puede (llena el espacio) tan fabulosamente como tú.

Sé tu mejor amiga: ¿Realmente importa cómo se carga la lavavajillas? ¿O qué tan bien tendida quedó la cama de tu hijo de ocho años? Deja el papel de supermujer y acepta un estándar regular para cosas que no tengan que ver con la salud o la seguridad. Recuérdate a ti misma que tu hogar no tiene que ser perfecto. Luego comienza a delegar trabajos a tu pareja y tus hijos.

“Si tiran de ti en varias direcciones, sentirás que no tienes el control de tu tiempo”, advierte Klaver. “Eso te hará sentir tensa y te llenará de resentimiento, para no hablar de que te irritará”. Además, probablemente estés haciendo cosas que no disfrutas (como limpiar el piso de la cocina) y que no son precisamente tu punto fuerte (como conciliar la chequera), de modo que no estás empleando tu tiempo tan sabiamente como podrías.



Comportamiento de peor enemigo: Eres una mujer que no sabe decir que no y acepta demasiados proyectos externos.



Por qué lo haces: Te gusta complacer a la gente y quieres quedar bien con todos. Es posible que temas perder tu estatus social o parecer débil si te niegas a aceptar una oportunidad de participar como voluntaria en la escuela o la iglesia.



Sé tu mejor amiga: Pon en claro lo que realmente te importa y lo que haces bien. Luego di “sí” a tus propias prioridades y “no” a los proyectos que realmente no te interesan o que no puedes encajar en tu apretada agenda. “Decide cuánto tiempo puedes dedicar a actividades externas y apégate a su decisión”, aconseja Klaver. “En un principio es posible que te sientas culpable porque no estás haciendo lo que todos quieren que hagas, pero pronto aprenderás a hacer a un lado la sensación de culpa”.

Comportamiento de peor enemigo: Jamás tomas tiempo para ti misma.



Por qué lo haces: Estás confundiendo tu papel en la vida (madre, pareja, empleada) con tu propósito en la vida. Claro que necesitas criar a tus hijos, apoyar a tu marido, organizar tu casa y cumplir con los plazos en el trabajo. Pero como Klaver señala: “Tu propósito en la vida es vivir aprovechando tus dones y fortalezas. Necesitas tiempo libre para explorar cuáles son y un tiempo de calma para ser creativa”.



Sé tu mejor amiga: Haz una cita para hacer algo por ti misma, aunque solo sea durante 15 minutos al día, y no dejes que nada te robe ese tiempo. No importa que solo disfrutes de una taza de café mientras lees algunos blogs favoritos, que medites en el tren mientras vuelves a casa o que des un paseo a la hora del almuerzo para ver pasar a la gente. Poco a poco incrementa la cantidad de tiempo que te dedicas hasta que te permita realizar otras actividades: tomar una clase, asistir al gimnasio, ver una película. “Protege ese tiempo tanto como proteges el práctica de futbol de tu hijo”, aconseja Klaver. Después de todo, tienes derecho a una vida más allá de tener que llevar y traer a los niños y dar presentaciones de PowerPoint. Necesitas pasar más tiempo con tu nueva mejor amiga: ¡tú!



Life & Beauty Weekly: Ser feliz
By Cynthia Hanson for
Life & Beauty Weekly
Foto de portada pixabay/lightstargod