Existen, (existimos) muchas personas que cuando dormimos, lo hacemos tan profundamente que es muy difícil que algún estímulo exterior nos despierte, bloqueamos por completo nuestro cerebro y no importa qué tan alto sea el volumen de un ruido o a veces incluso un movimiento, no hay poder humano que haga que abramos el ojo. Esta vez escribo en primerísima persona porque he de confesar que tengo ese problema, cuando era niña, y cuando estaba soltera aún en mi casa, no parecía ser grave, al contrario, recuerdo navidades, años nuevo, cumpleaños, las fiestas del vecino etc... que aún con la música casi en el oido no me despertaba. Donde yo viví de niña se ponía sobre la avenida principal un mercado ambulante que sólo pudieron quitar poniendo 10 granaderos en cada calle y levantando (literal) todas las banquetas. Pues bien una alegre noche me dormí como toda niña a las 8:30 después que cantaba la familia Telerín en canal 5 y a la mañana siguiente, oh sorpresa (para mi madre claro) la niña no